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dc.contributor.authorEstudiantes de la escuela de Comercio N° 1. General Manuel Belgrano
dc.contributor.authorGandur, Lucía
dc.date.accessioned2023-02-22T14:51:10Z
dc.date.available2023-02-22T14:51:10Z
dc.date.issued2022
dc.identifier.urihttp://repositorio.invelec-conicet.gob.ar/handle/INVELEC/359
dc.languageEspañoles
dc.publisherEscuela de Comercio Nº 1. General Manuel Belgranoes
dc.subjectEscuela secundariaes
dc.subjectPoesíaes
dc.subjectAdolescenciaes
dc.subjectCreatividades
dc.titleCon nuestra propia vozes
dc.typeRevistaes
dc.review.firmVerónica Julianoes
dc.review.reviewCon nuestra propia voz se titula la revista estudiantil de la escuela de Comercio Nro. 1 Manuel Belgrano. En ella convergen esfuerzos, decisiones políticas y libertades creativas, traducidas en textos –de diversa índole genérica– que canalizan, a su vez, inquietudes, problemáticas e intereses manifiestos en los jóvenes. Impulsado por las docentes de Lengua del Departamento de Comunicación de la escuela, este proyecto se constituye como una apuesta: por un lado, a la construcción de autorías de la palabra-pensamiento (Isabel Requejo) en los jóvenes; por otro, a la circulación y puesta en diálogo de textos y autores –en especial, de la región del NOA– que habitualmente no forman parte de los cánones escolares. El diseño artístico, la diagramación y la producción de los textos son responsabilidad de los estudiantes. Sumada a esta tarea, la presentación de cada número involucra lecturas socializadas del contenido, momentos musicales y cuadros de danza, en los que los jóvenes son los protagonistas. Este aspecto adquiere gran valor si se considera que, al experimentar diversos roles, ellos se afirman como partícipes activos de procesos que los implican y que dejan huella y legado en su comunidad educativa. Al mismo tiempo, la escuela imprime memorias afectivas imperecederas en sus subjetividades. La escuela crea comunidad. O, al menos, se espera que las escuelas orienten sus esfuerzos en pro de este valor social. Que en la escuela se forjen lazos solidarios y se ensayen formas de trabajo colaborativo debería ser un objetivo inexcusable. No obstante, se sabe que la vida en las instituciones es compleja y desafiante y muchas veces se halla traccionada por factores que dificultan la emergencia de condiciones propicias para gestar prácticas transformadoras. Por ello, cuando aparecen proyectos como Con nuestra propia voz y se sostienen en el tiempo, sobreviene un sentimiento de esperanza ante la evidencia de que no sólo es posible crear comunidad en las escuelas sino que, también, es sumamente necesaria su multiplicación en la sociedad.es


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