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Tipo de recurso
LibroColecciones
Los lectores somos gente rara
Autor
García Guerrero, Ana
Ceridono, Emiliano
Editorial
Editorial
EDUNT
Tematica
LiteraturaTalleres literariosMicrorrelatosFecha de Publicación
2015
RESEÑA
Carmen Perilli
Carmen Perilli
Reseña
La literatura es, como dice un poeta, “una manera de vivir”, un combate por la identidad y la memoria, que permite que la vida sea un “río innumerable”. Los sueños y los miedos, los trabajos y los días del hombre están encerrados en sus páginas. “¿Somos entonces los poetas, los escritores, nada más que juntadores de palabras, palabras en hilera que se convierten en renglones, renglones que hacen párrafos, párrafos que llenan páginas, páginas que forman libros?”, se pregunta Fernando del Paso para inmediatamente contestarse “Como el albañil pone piedra sobre piedra, el escritor pone palabra sobre palabra”. Los lectores somos gente rara se llama este libro compilado por dos trabajadores apasionados por la literatura: Ana García Guerrero —incansable combatiente de la lectura— y Emiliano Ceridono —joven y apasionado tallerista—. El título es sugerente; nos hace pensar en la ardiente paciencia de quienes transmiten el arte de la lectura y de la escritura. Si buscamos “raro” en el diccionario nos encontramos con una serie de significados asociados: Escasos/Se dice de lo que ocurre o se ve pocas veces/Excepcional, extraordinario/Muy diferente de lo corriente, de lo que se espera o de lo que es razonable o justo/Extraño, singular. Todos ellos están vinculados a la construcción de lectores que van más allá de lo que leen, ya que lo devuelven en la escritura. “Cuando a la casa del lenguaje/Se le vuela el tejado y las palabras/No guarecen, yo hablo”, escribe Alejandra Pizarnik. En el libro construido en los talleres Mandrágora nos encontramos con la belleza y la sabiduría de ser, sentir y pensar: “Estoy enojado porque el mundo está al revés y yo también”, dice Eugenio; “Soy un pájaro de fuego. Me gustaría ser siempre un pájaro y ser de fuego”, dice Sol; “Decidí que puedo ver el futuro, no me refiero a suponer, digo: ver”; escribe Juana; “Soy la que aprendió a pensar en serio cómo sería el mundo si estuviera sola”, expone Sofía. Formas de volverse hacia uno mismo a través de la lectura. A veces son preguntas como las de Naira: “Los hombres usan las brújulas para orientarse cuando van a un lugar… pero ¿qué usan cuando van en dirección al corazón?”. O bellas imágenes como las de Santi: “El agua fluye y se queda, trepa y crea, pero siempre regresa y regenera”. Solo cito algunos hallazgos; el libro tiene muchos rincones donde nos esperan las palabras infantiles. Los lectores somos gente rara nos propone juegos para atreverse a escribir, sea mirando una estación de servicio, construyendo personajes, pensando en quienes somos, trabajando con microrrelatos, hilvanando poesías y cartas de amor, proponiendo teoremas para entender el mundo, hablando sobre la magia y el amor, sobre espejos y pecados, sobre cálculos y poemas, pero sobre todo contando historias. Juegos que 19 invitan a construir un laberinto mágico donde disfrutar con humor el perderse y reencontrarse en la literatura. En uno de los desafíos hechos por los talleristas leemos: “La escritura es una fiesta porque se juega con un material tan peligroso como las palabras. Aparece la oportunidad de soltar amarras, de saltar al vacío, de transgredir todas las normativas y de poner a la realidad frente al espejo, ¿para verla al revés? Los coordinadores no les ponemos fácil el juego”. Este libro es el resultado de esa fiesta jugada donde se arriesga la pasión y el conocimiento para encontrar el amor a la literatura
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